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© FEGLININ ISSN 2594-2298
| Año 7, No 28, enero – marzo 2024 |
INTRODUCCIÓN
En el ámbito empresarial, la búsqueda constante de calidad y el aumento en la satisfacción
del cliente son fundamentales. Las organizaciones buscan métodos que permitan desarrollar
productos y servicios alineados con las necesidades de los usuarios y, la innovación se
convierte en una herramienta clave para abordar los desafíos actuales y mejorar su
posicionamiento en el mercado. En este contexto, el Despliegue de la Función de Calidad
(QFD) se destaca como una metodología esencial que ha transformado la manera en que se
desarrollan productos, servicios y procesos. Sin embargo, para aprovechar al máximo el
QFD, es necesario identificar los elementos del sistema y comprender sus interacciones, así
como abordar posibles contradicciones que puedan limitar el desarrollo del proyecto.
En este sentido, la propuesta se complementa con el Análisis Funcional (FA) y la
metodología TRIZ para la solución de problemas inventivos. Para ilustrar esta metodología
compuesta por QFD, FA y TRIZ, se ha seleccionado un objeto cotidiano, la "escoba", con el
objetivo final de presentar una propuesta de innovación incremental para un objeto de uso
diario.
METODOLOGÍA
La presente investigación se desarrolla bajo un enfoque cualitativo, puesto que se encuentra
basada en la identificación de las necesidades y expectativas de los usuarios de un producto
para la limpieza de uso cotidiano. La metodología inicia con la aplicación de la herramienta
QFD para la identificación de necesidades a través de escuchar la voz del cliente y así
transformar esos requerimientos en demandas.
Para evaluar y dar respaldo a la selección de demandas se utilizaron herramientas adicionales
como el AHP (Proceso Analítico Jerárquico) en el que se descomponen problemas complejos
en un sistema jerárquico, evaluando componentes y asignando valores numéricos a
decisiones subjetivas. Toskano y Gérard (2007) explican que se calculan puntuaciones de
prioridad para cada elemento de la jerarquía, estableciendo así un orden basado en la
importancia relativa. Este enfoque asegura la consideración de demandas clave en la
elaboración del QFD.
De manera subsecuente se realizó el análisis funcional para comprender la estructura del
producto, identificando las demandas y transformándolas en requerimientos técnicos para ser
examinadas y decidir si alguna de ellas es necesaria, puede mejorarse o debe ser eliminada.
El principal objetivo del AF es la representación de las interacciones entre los componentes,
sistemas o elementos para que estos produzcan al menos una función, facilitando la
modelación de conflictos y la relación de efectos con las partes del sistema (Horillo Tello,
2018).
Finalmente, se combina la metodología TRIZ con el QFD y el AF para dar solución a las
contradicciones técnicas del producto, identificando y categorizando los problemas para
priorizar la implementación de soluciones (Suárez Quimí 2011). La combinación de TRIZ
con el QFD y el análisis funcional refuerza el enfoque para abordar proyectos de innovación,
ofreciendo una estructura integral, asegurando un desarrollo exitoso y mejoras significativas
en productos y servicios.
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