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© FEGLININ ISSN 2594-2298
| Año 7, No 26, julio – septiembre 2023 |
INTRODUCCIÓN
Personas de raza negra han existiendo desde los principios de la humidad, sin embargo hay
distintas deficiones acorde a ello, la siguiente es una de tantas. “Son definidas como personas
descendientes de la diáspora africana en el mundo. Para el caso de América Latina y el
Caribe, el concepto se refiere a las distintas culturas negras o morenas descendientes de
personas africanas esclavizadas que llegaron al continente debido al auge del comercio de
personas a través del Atlántico desde el siglo XVI hasta el XIX” (CNDH, 2016).
A lo largo de los años la comunidad afromexicana ha enfrentado diversas luchas para poder
ser aceptada dentro la sociedad, ha tenido luchas que no han sido terminadas y otras que han
contribuido para su aceptación y obtención de derechos. Un primer momento fue el que
alcanzó su punto álgido con la ola de revueltas de esclavizados en el siglo XVIII,
específicamente con la revolución haitiana, lo que a su vez marcó el nacimiento de la política
“negra” como dominio explícito de identidad y derechos, así como proyecto de
emancipación. Otro momento comienza a finales de los años ochenta y principios de los
noventa del siglo pasado y continúa hasta hoy. Tres episodios han sido claves en esta etapa
para las “luchas negras”: el cambio constitucional que tuvo lugar en Colombia en 1991, la
campaña contra la celebración de los 500 años del mal llamado “descubrimiento de América”
en 1992 y el proceso hacia la Conferencia Mundial contra el Racismo de 2001 en Durban
(Reyna, 2015).
Es por ello que se considera importante abordar la cultura gastronómica de la comunidad
afrodescendiente como un apoyo tanto para la comunidad como para seguir manteniendo las
técnicas tradicionales de la cocina. “Esto porque el patrimonio culinario afrodescendiente se
ha ubicado en diversos espacios por las relaciones interculturales que se establecieron en los
territorios. Por tal razón resulta interesante constatar de qué manera los afrodescendientes
crearon diversas formas de preparar sus alimentos, pero nos falta profundizar en esas
relaciones interculturales para entender las prácticas culinarias y los procesos de memoria y
de constante recreación, así como de técnicas, ingredientes, usos y costumbres, formas de
preparación y uso de los alimentos” (Buenahora, 2018).
En 2020 se identificó que, poco más del 50 % de la población afromexicana se concentra en
seis entidades: 303,923 viven en Guerrero; 296,264 en el Estado de México; 215,435 en
Veracruz de Ignacio de la Llave; 194,474 en Oaxaca; 186,914 en Ciudad de México y
139,676 en Jalisco. Sin embargo, como proporción estos datos pueden cambiar ya que, si
comparamos la población total por entidad federativa respecto al número de personas
afrodescendientes, las entidades que presentan los mayores porcentajes son: Guerrero,
Oaxaca y Baja California Sur (INEGI, 2020).
Por ende, la realización de este trabajo se enfoca en enaltecer la cocina afromexicana que se
encuentra en el estado de Guerrero, por ser una de las seis entidades donde se concentra un
número considerable de población afromexicana, siendo la región de Costa Chica en donde
existe un mayor número de población afromexicana que conserva las técnicas y cocina
tradicional afromexicana. Dada la importancia de esta comunidad, existen instituciones y
organizaciones que luchan para obtener igualdad y mismos derechos (véase tabla 1), siendo
las siguientes:
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